El segundo disco de estudio de Sixto Yegros es un viaje emocional de 12 temas que respiran puro trap. Cada barra, nacida entre sesiones de estudio y freestyle, lleva consigo la esencia de lo auténtico, de lo directo, sin máscaras ni rodeos. Este álbum es un manifiesto de sinceridad, un llamado a vivir y a expresarse con el corazón en la mano.
El mensaje que une estas canciones es claro: ir siempre de frente. No sólo se siente en sus letras profundas y punzantes, sino también en el sonido del disco, un trap crudo y visceral que resuena con honestidad. Incluso la tapa del álbum, con su diseño minimalista y ese rojo apasionado, traduce visualmente esta necesidad de ser genuino, de comunicar sin adornos, con una fuerza que atraviesa al oyente.