La banda platense liderada por Mora Palvi estrena material de larga duración que renueva su estilo garagero e inquieto.
Mora y los metegoles está presentando Mundo Moderno, su tercer disco de estudio. Un trabajo sucesor de Suerte, el disco con el que consolidaron su identidad y su público, y que agrega misterio y complejidad a su sonido garajero e inquieto.
Desde su inusual arte de tapa, Mundo Moderno se presenta como una incógnita que sólo develará su significado si se hace el trabajo de unir los puntos. Sus canciones generan esa misma sensación: un zig zag de géneros y melodías contagiosas, donde las guitarras acústicas, el sonido ambiente, el eco y el noise interrumpen la distorsión, de la misma forma en que el insomnio, el caos y el hartazgo contrastan el anhelo del descanso y la calma.
En este disco conviven baladas íntimas con declaraciones de despedida y frustración, y canciones de sonido grandilocuente que inspiran a rebelarse contra el desborde. Su sonido es ecléctico, y es tan posible escuchar la pequeña habitación en el que fue creado, como la simulación de espacios abiertos. El disco va y viene de manera intermitente entre percepciones opuestas: convive el susurro de canciones como “Se quiere matar”, y el grito de desesperación en “Imaginación”. La sensación de claustrofobia de algo pequeño que se expande y algo grande que se difumina en la cotidianeidad.
En esta entrega, la banda va dejando de lado el componente lúdico de sus letras y aparece el sarcasmo para remarcar la crudeza. En su sonido aparecen guiños al rock, blues, post punk y new wave.
Sobre la grabación de Mundo Moderno
El proceso compositivo fue veloz y transcurrió durante un mes en el que la banda se encerró a revisar las pequeñas maquetas acumuladas junto a Aziz Asse y Ramiro Sagasti,nuevamente en el rol de productores. La sensación de tener tan repentinamente un disco entre manos llevó al grupo a montar un estudio casero en la casa de la infancia de Mora, donde entre cuadros y otras obras en proceso, se le terminó de dar forma a las canciones, componiendo, conviviendo y grabando.
El desarrollo de este receso creativo llevó a la banda a probar nuevos límites en cuanto a la experimentación y el método de registro: todos los instrumentos, incluida la voz, fueron intervenidos por cadenas de pedales de efecto de eco y moduladores de oscilación, las guitarras eléctricas y bajos suenan pasados de noise y distorsión, y se sumaron solos de armónica y sitar, rescatando en la may