Marki y Connie Isla se unen para dar a luz esta hermosa canción de amor, ideal para escuchar en el mes de los enamorados. Resalta la faceta más folk de los artistas con suaves melodías y una letra directa y sincera acompañada de una instrumentación casi acústica en su totalidad con guitarras criollas y percusiones que transmiten mucha paz. |
Marki nació en el barrio de Once un verano de 1996. Fué criado por su abuelo italiano, baterista por hobby, quien desde joven le inculcó el amor por la música. Fué con un cassette de canciones clásicas italianas que su abuelo ponía cuando lo llevaba al jardín, que Marki sintió los primeros acordes resonar dentro. En su familia, se juntaban a tocar canciones y a veces iban a ver a las orquestas barriales donde veía como los trombones, los pianos y las guitarras le generaban sensaciones completamente nuevas.
Más tarde, su primo comenzó a inculcar lo que terminaría de formar su imagen: desde los RHCP, Gorillaz hasta Los Piojos. Una cruza entre el sonido anglo y la belleza que solo el rock nacional, sus lunfardos y el barrio podían darle.
Comenzó a componer a los 12 años con un bajo y armó su primera banda en el secundario. Armó festivales con bandas amigas y tocó en varias bandas desde ese momento.
En un momento de la Pandemia, se encontró componiendo sus propias canciones y las subió así como estaban a Spotify. Su simpleza, su honestidad y su profundidad fueron grabadas a fuego en esas letras que sus primeros oyentes abrazaron de inmediato. De esta manera y con un formato completamente DIY, Marki se abrió su primer pequeño lugar en el indie argentino.
Luego, se junto con Axel Fiks e hicieron lo que fué para muchxs jóvenes el hit del verano pos-pandemia que sonaba en fogones y juntadas en balcones al aire libre: “Musikita del Cielo”.
Hoy en día, Marki acumula más 1 millón de escuchas en spotify y no puede parar de componer.