Peter Lake nos contó: "tenía una novia que era del sur. Ella me visitaría en Nueva York. Ella era muy excéntrica y una noche después de salir del estudio cenamos y dijo“¿Te he dicho alguna vez que puedo leer las palmas de las manos?” El cantante compuso esta cancion tras su emoción del romance y el amor potencial que lo mantuvo despierto. "Y entonces pensé en esta extraña y maravillosa mujer sureña, que me leyó la palma de la mano", cerró Peter Lake.