El proceso creativo de una canción puede ser tan diverso como las experiencias de vida que la inspiran. «Don’t Like Waiting» es un ejemplo claro de cómo una melodía puede surgir de un encuentro casual y convertirse en una expresión emocional profunda.
El artista detrás de esta canción comparte cómo la inspiración llegó en un momento inesperado. «Por lo general, hago una canción el mismo día si realmente amo el ritmo. Esta experiencia fue diferente. Realmente amaba el ritmo, pero surgió el estribillo en cuestión de minutos. El verso, mi mente simplemente se detuvo de alguna manera».
La narrativa de la canción se entrelaza con una historia personal, donde un encuentro casual en unas vacaciones se convierte en una experiencia inolvidable. «Recientemente fui de vacaciones. Conocí a una chica el tercer día antes de que terminaran mis vacaciones. Me estaba yendo del club, caminando hacia el Airbnb, que estaba a unas 3 o 4 cuadras de distancia. Mientras bajaba las escaleras, escuché a mi amigo decir que CheVy caminaría contigo. Levanté la vista y boom. Nunca tuve un tipo en particular, pero esta chica es impecable. Pasamos mis últimos tres días juntos. Hicimos de todo, fuimos a un concierto, salimos a comer, caminamos y hablamos. Fuimos al club de nuevo. Grandes vibraciones…».
La conexión con esta experiencia fue tan profunda que el artista decidió plasmarla en una canción. «Quiero decir que unos días después de mis vacaciones, reservé una sesión en el estudio. De camino al estudio, volví a reproducir el ritmo. Fue como si la canción se escribiera sola. Entre nosotros, la chica y yo todavía estamos en contacto hasta el día de hoy. Ella me visitará la última semana de mayo por 3 días. Mis canciones vienen de mi corazón. Pongo todo en todo».
«Don’t Like Waiting» no solo es una canción, es un relato sincero de una experiencia emocional que captura la esencia misma de la vida y el amor. Con cada nota, el oyente se sumerge en la historia detrás de la canción, sintiendo la pasión y el compromiso del artista con su arte.
